Normalmente, en los barrios donde vive más gente de clase
trabajadora suele haber más agencias de viajes. La gente necesita soñar. Quiere
romper su vida monótona con carteles de viajes exóticos. Busca un escape.
Los últimos años, los viajes denominados low cost han
creado una cierta igualdad en la sociedad. No importa quién eres, ni de donde
vienes. El precio del billete es muchas veces ridículo, lo puede permitir
cualquiera.
Ahora ya, ni eso sirve de nada. Uno no busca irse de
vacaciones, simplemente porque no quiere luego volver a su casa de siempre.
Ahora, busca billetes de ida.
A un mundo mejor.
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