La primera vez que supe algo de
Louise Bourgeois era al comenzar el 2010 en el curso de la artista Lina Vila de
Zaragoza “Genero y feminismo el las practicas artísticas”. Nos enseñó uno de
los dibujos de Bourgeois de su serie Mujeres-Casa y nos propuso escribir sobre
la obra. Luego vino el análisis, la biografía y el acercamiento a varias de sus
obras. Tuve la suerte de ver una exposición de la serie Personajes el mismo año
en Atenas (justo cuando ella murió en Nueva York a los 98 años).
Ayer vi por segunda vez La piel que habito de Pedro
Almodóvar, (director muy querido, de los que espero su próximo estreno con
mucha expectación) y me metí de nuevo en el universo de Louise Bourgeois.
Almodóvar no es solo un director, es un artista de la imagen. Su trayectoria
avanza en círculos y en estos últimos años sus películas son verdaderas joyas
que están en constante diálogo con otras obras de arte. En La piel que habito
la referencia a Louise Bourgeois es más que obvia desde el primer momento y
encaja perfectamente con la ardua búsqueda de identidad del personaje
principal. Vera, la mujer-juguete del cirujano obsesionado escribe y dibuja en
la pared tomando conciencia del tiempo que pasa mientras ella sigue encerrada
en aquella casa. Una Mujer-Casa en toda regla. Pide libros de la artista
francesa y material para crear sus propias pequeñas esculturas. Moldea al barro
su ambigua existencia. Corta a trozos la ropa de mujer que se niega llevar y
coloca cuidadosamente el tejido sobre sus esculturas. Crea pequeños personajes
con las manos justo como hizo el cirujano con ella. Buscando su propia
identidad. Como hacía Louise Bourgeois en casi un siglo de vida. Vera se
refugia en el yoga para mantener el contacto con un lugar interior que nadie
puede destrozar. E incluso en los ejercicios de yoga la obra de Bourgeois está
presente. El cuerpo de Vera enfundado en el “traje piel” (creado por Jean Paul
Gaultier) en una de las primeras escenas de la película se conecta directamente
con El arco de la histeria que Bourgeois creó en 1993 usando el cuerpo de un
joven hombre como modelo. Bourgeois buscó en su obra el papel de la mujer en la
sociedad, al lado del hombre, en la familia pero antes que todo en relación
consigo misma. La destrucción del padre, famosa obra y titulo de su libro
autobiográfico, funciona como obsesión y a la vez como motor para crear. En la
película Vera también necesita destrozar al “padre”, en su caso el cirujano que
la creó a su medida. Y aunque a veces juega con diferentes aspectos de su
identidad, se experimenta con su sexualidad, prueba con sus sentimientos, nunca
llega a olvidar quien es realmente. Y así Almodóvar cierra una de sus películas
más maduras y –en mi opinión- un ciclo más de su trayectoria, liberado del peso
que impone la constante búsqueda de la identidad. Lo que uno es no se define
por la ropa que lleva ni por el cuerpo siquiera, ni por las normas de género
que la sociedad ha marcado. Lo que uno es, lo elige uno mismo, con trabajo propio,
duro y consciente y lo guarda en un lugar dentro de si que nadie puede
destrozar, pase lo que pase.
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