Una lampara rota ilumina mi olvido
dentro
de esta habitación nublada de mi existencia
mientras
que fuera el mirlo negro canta la canción de mi ausencia.
Estoy
en un espacio vacío
-¿o
es el espacio vacío que está en mí?-
esperando
el sábado
que
nunca llega.
El
viento trae hasta aquí el susuro del océano
que
yo nunca vi
pero
soñé que existiera
lejos
de aquí
tan
dentro de mí.
[parte del juego de las palabras prestadas]
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