Ella


Se queda quieta, como el tiempo se queda quieto en Azaila, como se quedan apacibles los edificios altos en L´Hospitalet, como se queda estático el Ángel Caído, insistente mientras cae en el Retiro. Guarda silencio como los secretos de la batalla del Ebro. Absorbe las llanuras de la tierra y los picos del mar. No culmina destrezas. No respira asombros. Yace.

De pronto, la brisa estimula a su pelo, anima a sus labios, aturde sus parpados. La idea de un ligero movimiento aflora ahora en su mente borrosa.  

¿Se moverá?

Al fin y al cabo, la tierra tiembla, se rasga, se hunde, tiene picos y valles, esta en constante movimiento en el universo. Piensa. Mientras mueve los dedos. Mientras se vivifican los poros de su piel.




No se puede parar la tormenta.
 
 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario